DOCUMENTO LEIDO POR LA FEDERACION JUVENIL COMUNISTA EN EL ACTO A 37 AÑOS DEL ASESINATO DE DAVID WATU CILLERUELO
Estos pasillos fueron testigos del crimen de David Watu Cilleruelo y hoy a 37 años dan testimonio de la vergonzante e incomprensible impunidad. Fueron testigos de un crimen pergeñado para amedrentar al movimiento universitario organizado. Por estos mismos pasillos con cargos institucionales en la UNS, caminan partícipes necesarios del terrorismo de Estado anclados entonces en organizaciones paramilitares como la AAA.
El camarada David WATU Cilleruelo era estudiante de Ingeniería, máximo dirigente de la Federación Universitaria del Sur y militante de la Federación Juvenil Comunista. A Watu lo asesinó hace 37 años la Triple A, siendo las 11 de la mañana del día en que había inscripción en las materias en la UNS. Fue el único estudiante asesinado dentro de una universidad nacional.
David fue un dirigente destacado, ejemplo de estudiante, de compañero, de militante político. Era una referencia no solo para los comunistas sino para el movimiento estudiantil organizado, ya que había sido elegido para conducir el proyecto definido por la FUS.
El asesinato de David es la expresión de lo que significó la Misión Ivanisevich” en las universidades nacionales en general y en la UNS en particular. Era imprescindible para los sectores de poder eliminar, si era necesario a punta de pistola, el proyecto político que encarnaba la juventud universitaria. Estos sectores en nuestra ciudad estaban encabezados por La nueva provincia, la iglesia católica, los grupos empresarios, las fuerzas de seguridad, y el sector de la CGT encabezada por Rodolfo Ponce, eran los garantes de la acción asesina e impune de los paramilitares.
El fascista Remus Tetu fue el hombre que designaron para llevar adelante ese plan, primero en la Universidad del Comahue y posteriormente en la UNS. Cesanteó y expulsó a docentes y estudiantes, habilitó patotas de la triple a caminando y actuando impunemente en los pasillos de la UNS, las que estaban a cargo de Jorge Oscar Argibay, suboficial de la Armada y jefe de su custodia. Argibay fue el ejecutor del asesinato de Watu.
Nos parece necesario e imprescindible recordar sobre todo a las nuevas generaciones desde donde hablamos, no como un ejercicio de autoreferenciación sino como aclaración ante tanto “Memorioso intencionalmente desmemoriado”, ante tanto relato parcial de la historia, ante tanto esfuerzo por negar no solo las identidades sino fundamentalmente las ideas que encarnaba Watu y esa juventud Revolucionaria.
Somos una corriente de pensamiento que actuamos desde la época del Instituto Tecnológico hasta la creación de esta universidad. Somos la corriente del Ingeniero Ortiz, primer rector elegido por la asamblea universitaria, de Pancho Tropiano ,de Monteiro, de Diego, de los estudiantes que con coraje tomaron el rectorado como Juan Larrea, los del juicio ético a Tetu , compañeros como Dante, Graciela, Ana, Marta que terminaron presos por la osadía de desafiar el poder establecido Somos parte de los que denunciamos al Fascista Montezanti, quien hiciera juicio a nuestro camarada Alberto Rodríguez por denunciar en el concejo superior la complicidad de esta Universidad .Somos los que junto a otros compañeros y corrientes fundamos ADUNS. Intentamos ser los que recojan nuestra historia en la UNS, sintetizada en la figura de un imprescindible Edgardo Luis Fernández Stacco, nuestro querido “gordo “, el profe.
Decimos todo esto para clarificar que el accionar de los marxistas en esta universidad y las exigencias de justicia, no arrancan después del Asesinato de David, (como algunos osan decir, seguro que ganados por el desconocimiento, al menos es lo que queremos creer), sino que somos parte activa del debate, de la disputa, desde sus inicios hasta nuestros días.
Por otro lado, expresamos algunas consideraciones respecto de lo que las autoridades de la Universidad Nacional del sur hicieron hasta el momento. Denunciamos su política de hecho consumado. Esta universidad no actúa ni siquiera frente al procesamiento penal de los docentes represores. Así es como sostuvo a Mario Sierra, hasta que por su procesamiento y pedido de detención decidió renunciar. El rectorado lo sostuvo y jamás lo condenó.
También el Consejo Superior aprobó el nombramiento y la continuidad en el Cargo de la profesora Gloria Girotti, involucrada por su accionar durante los años de la dictadura cívico militar a raíz de las investigaciones de los juicios por delitos de lesa humanidad en relación al sector comprendido por el V Cuerpo del Ejercito.
Hemos señalado y volvemos a hacerlo, por que es parte de la política de reivindicación de los genocidas, el reconocimiento y homenaje de Manuel Gómez Vara, por parte de las autoridades de la Universidad en sus festejos del cincuentenario de la institución, quién ocupara la subsecretaría de Asuntos Universitarios durante la dictadura.
Estos nombres no son sólo nombres, sino que son la cara visible de una política de continuidad desde los años del terror y de imposición de este modelo. No pueden aducir desconocimiento, dado que estos hechos fueron denunciados por nuestra organización y un segmento importante de la comunidad universitaria.
Es para nosotros un año distinto por la magnitud de la hipocresía y la utilización de la historia de nuestro compañero Watu por parte de las autoridades universitarias. Pero es también un año más en esta lucha que transitamos desde su asesinato.
Hablamos una vez más de la hipocresía por hechos ocurridos en estas últimas horas. El mismo cuerpo directivo que sostuvo la impunidad sobre Watu y cientos de compañeros cesanteados y perseguidos, que sostuvo y sostiene a los torturadores en sus cargos , que sostiene a su vez al fascista Néstor Luis Montezanti, pretende lavarse la cara y ponerse nuevos harapos con el color de los DD HH con la figura de Watu, creando una secretaría de cotillón. ¿Cómo puede sostenerse a Montezanti que representa la continuidad del proyecto político para esta universidad ejecutado por Remus Tetu, y a su vez, la creación de una secretaria de DD HH? ¿Es posible que convivan dos políticas antagónicas en una misma institución?
Definitivamente no. Hay una política de hecho, que es el sostén de los represores y de la política que implantaron como modelo universitario, y otra política fotográfica encarnada en la creación de la secretaría.
Los comunistas solicitamos formalmente la intervención de la UNS para que actuara como querellante en el caso de Watu tres años atrás, en el marco de la causa de la triple A asentada en el juzgado de Norberto Oyarbide. Lamentablemente la Universidad no movió un pelo y lo avanzado hasta el momento es mérito único de lo actuado por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. Actuamos con la expectativa de que la universidad cumpla su rol institucional en democracia y claramente hemos sido defraudados.
A su vez la flamante secretaría se ve dirigida por Pedro Silberman, quien no registra historial alguno en la lucha por los DD HH (existiendo miembros de la comunidad universitaria que sí registran holgada participación) un oportunista político como lo muestra su vergonzoso curriculum. Oficialista con linares de la mano de Carestia, oficialista con Lopes de la mano de Gabbarini y hoy oficialista de la mano de Dámaso Larraburu. También estuvo entre quienes apoyaron la aceptación de fondos provenientes de la minería contaminante como salida a los problemas presupuestarios de la universidad. Claramente esto es parte de una política rechazada por el campo popular, y por supuesto continuidad de los negocios impuestos por los genocidas.
Este acto es parte de una política de memoria, de denuncia, pero también un esfuerzo por la rearticulación de los tejidos sociales destruidos por el Terrorismo de Estado, y de reparación histórica. Esa lucha no es sólo nuestra, sino que compartimos ese camino junto a la Central de Trabajadores Argentinos, las organizaciones políticas de izquierda, estudiantes, organismos de DD HH. No acompañaron esta lucha ninguno de los partidos políticos mayoritarios. Mientras en la primavera alfonsinista muchos de los que hoy quieren reciclarse jugaban a los dos demonios, y durante los noventa hacían negocios o callaban ante la destrucción de nuestro patrimonio, nosotros junto con la CTA y organizaciones políticas de izquierda denunciamos esas políticas y acompañábamos a los organismos de derechos humanos y familiares. No estaban los oportunistas de hoy. No estaba Silberman.
En este sentido nuestra lucha no es nueva, nuestras ideas son las mismas armas que empuñaban Watu y miles de jóvenes militantes de diferentes organizaciones políticas. Eso estaba expresado en el lema de la Federación Universitaria de Sur, “no queremos una universidad más sino una universidad nueva”, federación universitaria en la que Watu estaba a horas de asumir como secretario, elegido por estudiantes de todo el arco político del momento. Año tras año exigimos justicia para el compañero caído, pero además una reparación histórica. No podemos engañarnos, los 30000 no defendían ningún modelo, no querían ningún capitalismo. Iban por el socialismo. Y en este sentido nos preguntamos: qué memoria debemos reivindicar aquellos que tomamos su lucha. ¿Se trata de la memoria de la tortura o de la memoria de sus ideas y sus anhelos? Recordar que fueron asesinados no es lo mismo que recordar porque lo fueron.
Watu y esa militancia revolucionaria iban por la transformación radical de la sociedad, y en ello por la transformación de la Universidad del Sur en particular como un lugar donde las ideas fueran enfocadas para la construcción de una sociedad igualitaria, para el desarrollo de la ciudad en equidad. Sin embargo, el legado de sus asesinos permanece vigente en esta universidad que cada día más se plantea como un ente técnico, colaborador de los emprendimientos empresarios que nos saquean.
¿Cuál es la relación de esta universidad con los sectores de poder de Bahía Blanca? ¿Se replantea su rol frente a su aporte a los sectores de la economía concentrada? ¿Cuál es la opinión de esta universidad frente a la política de saqueo y destrucción de nuestros bienes comunes? Su política es la política del silencio. Y es así porque siguen al servicio de las políticas impuestas por la misión Ivanisevich. La política de impunidad no es sólo una política hacia el pasado, es una política hacia el presente.
En este sentido, queremos reflexionar junto a las juventudes políticas. ¿Qué significa reivindicar a Watu y a los 30000? ¿Qué significa reivindicar su proyecto? Desde nuestro pensamiento creemos que los jóvenes debemos hacer una lectura crítica de lo que nos sucede como sociedad. Hay hechos insoslayables que nos llaman a la reflexión y a la acción política para la transformación.
Hay un límite que traspasó y colocó a una parte de la militancia en un lugar obsecuente al no criticar, al aceptar por acción u omisión la aprobación de la Ley Antiterrorista. Aprobarla es reflotar la idea de que existe un enemigo interno y que por lo tanto es justo y necesario la represión del mismo. Es una ley contra todos los luchadores sociales y políticos. ¿Cómo es que un gobierno que se expresa a favor de los derechos humanos, al mismo tiempo envía y aprueba una ley exigida desde el imperialismo que hace posible que legalmente el Estado reprima a los luchadores? Por más que se creen secretarías municipal y universitaria, pasa a ser un acto formal si se construye una política de represión Estatal refrendada por el Congreso y el Ejecutivo Nacional.
¿Hubieran nuestros compañeros caídos acordado con esta aberración? ¿Hubiera Watu participado de un entramado político que condena a los luchadores sociales y políticos?
Sin duda watu estaría exigiendo paritarias libres para los docentes universitarios y también para su personal no docente, estaría peleando por un mayor presupuesto educativo en todos los niveles. Estaría condenando la Ley Antiterrorista, estaría denunciando el Proyecto X, estaría codo a codo con el compañero Dante exigiendo juicio académico para el Fascista Montezanti.
Una vez más hacemos nuestro el lema de la FUS “no una universidad más sino una universidad nueva”. Seguimos exigiendo justicia y el saneamiento institucional de la Universidad. Pero además renovamos nuestra voluntad de construir una Universidad Nacional del Sur democrática y al servicio de las necesidades populares, en contraposición a su actual rol de proveedora de técnicos para las empresas del saqueo. Afirmamos nuestra memoria, pero no sólo memoria de las víctimas sino de su proyecto político de liberación nacional y social, en contraposición a la defensa de un modelo que por más maquillaje que porte es un modelo capitalista y de explotación. Renovamos también no esperar de estos sectores buenas intenciones, sino redoblar los esfuerzos como pueblo en la construcción de una alternativa política para dar salida a estas políticas sistemáticas de represión y beneficio de las mayorías sobre las minorías. Y por último, repetir que nuestro mejor homenaje será la victoria, es una manera de decir que no aceptamos ninguna justicia parcial, sino que vamos por la reparación histórica del proyecto político y de los anhelos de independencia política, soberanía económica e igualdad que enarbolaron los 30.000, que para Watu y para nosotros se llama SOCIALISMO.
COMPAÑERO WATU PRESENTE!!!
miércoles, 4 de abril de 2012
A 37 años del Asesinato de Watu.
FEDERACION JUVENIL COMUNISTA - BAHIA BLANCA
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